Este lugar permanece ajeno a cualquier territorio propiedad de las naciones que pueblan Ethereal, siendo un emplazamiento mayormente inexplorado para la mayoría de los habitantes del planeta. Se dice que criaturas hostiles lo invaden, y que, con seguridad, el alma del más incauto viajero que ose poner un pie en estas tierras caerá en el olvido para siempre si no se retira a tiempo. Se cuenta que pocos han salido vivos de este lugar, y los que lo han logrado, no quieren hablar de él: como si prefirieran olvidar por completo su experiencia allí.

En medio de dos cordilleras, hay un camino de enormes aros que desde tiempos inmemorables han estado allí, enterrados en el longevo y escurridizo terreno, es un lugar casi en su totalidad muerto, sin embargo normalmente las pequeñas tribus de gigantes suelen habitarlas temporalmente en ciertas épocas del año, la característica más notable es que al medio día y a la media noche estos aros brillan en diferentes tonos, en la noche es un azul muy oscuro, y en el día es totalmente rojo, nadie sabe que son o para que sirven, es un misterio que tan solo los Dioses conocen.

Este territorio es un lugar desconocido para muchos, completamente inexplorado para cualquier país existente. Las malas lenguas advierten que una gran cantidad de bestias venenosas se esconden por estos parajes y que los vientos son tan fuertes que el más mínimo paso en falso puede provocar una caída letal incluso hasta al más profesional de los escaladores.

Incluso con máxima precaución, la probabilidad de salir sano y salvo de este lugar es mínima: lo más leve que un individuo puede llevarse como recuerdo son las altas fiebres que provoca la toxina de las criaturas que lo habitan, así como el mero contacto directo con la piel con los cristales púrpura que andan repartidos por la zona.

Hace mucho tiempo, entre la lucha entre los Dioses parte del oceano fue consumido, los mortales, ante tal destrucción no pudieron hacer demasiado y miles de tripulaciones fueron sumergidas entre el caos, con el tiempo el nivel del mar fue disminuyendo hasta que los viejos barcos salieran a la superficie, y el pasar de los siglos la vida comenzó a rodearlos, actualmente hay muchos tesoros sin descubrir dentro de ella.