Las enormes estructuras de Sovengar consiguen causar un efecto imponente sobre cualquier transeúnte que atraviese sus calles, haciéndole olvidar durante unos momentos que, en realidad, se sitúa en una isla flotante, la más grande y la central de las que componen el archipiélago de Aguris. Dispone de una gran variedad de monumentos a los que se cuida con tanto esmero que parece que están recién construidos.

Es una ciudad majestuosa, pero también rebosante de vida, principalmente gracias a la población cosmopolita que pasea por sus calles, ya sea por negocios, por turismo, o porque la capital aguriana ha conseguido atraparles para que residan allí durante una buena temporada.

Ubicada en el suroeste de la isla principal, Colvenor es una ciudad cuya estructura está formada por un atolón flotante que se ha separado de la misma, creando grandes tierras que de igual forma levitan.

Al igual que las otras urbes, hay distintos barrios que se conectan por medio de puentes, pero sus lugares principales están formados en terreno sólido. Es popular porque en ella nacieron juglares y artistas muy famosos a nivel internacional, además de que es la sede principal de la producción artística de todo Aguris.

Ubicada en una isla al sur de la capital, esta jungla se extiende por todo el territorio de la misma. La flora y fauna están muy presentes en ella, y además de esto se dice que hay criaturas desconocidas que defienden la vegetación por encima de todo.

En este arbolado recae una leyenda que generación tras generación es contada a los más jóvenes: se dice que en lo más profundo y denso del boscaje cayó una lágrima de la diosa Vinea, otorgándole la próspera vida y quietud que actualmente tiene este lugar, aunque este relato es tan solo un mito, por lo que no se sabe con certeza si es real.

En el centro del Desierto de Hades se encuentra una bella localidad construida con edificios de arenisca que rodean a un gradísimo oasis, el principal de toda esta isla desértica. Dicha urbe es conocida como Hamunaptra, que inicialmente era un campamento de comerciantes que paraban en este oasis para poder descansar, pero poco a poco fue creciendo hasta tener el estatus de ciudad.

Una de las islas independientes de Aguris es conocida por su terreno totalmente árido e inhóspito, en cuyo interior apenas hay vida con la salvedad de algunos oasis y un nido de wyverns.

Para sobrevivir en este desierto es indispensable ir muy preparado... y ser consciente de que las únicas formas de vida que pululan por él son sumamente hostiles.

En mitad de la nieve, se encuentra un pequeño asentamiento para todo aquel que necesite alojamiento. Comenzó siendo un humilde local, pero a su alrededor terminó fundándose la aldea del mismo nombre. Cualquier viajero es bienvenido a este lugar a pasar la noche, y de no haber habitaciones libres, seguramente encuentren un sitio donde dormir en el hogar de algún lugareño, pues se sabe que los lugareños de Thaliji Albiad son muy conocidos por su hospitalidad y amabilidad con los extraños.

En el extremo occidente de Aguris, se encuentra una zona montañosa gigantesca, al adentrarse en ella, el único lugar explorado es un pequeño plano en donde se encuentra vegetación y vida que se adapta a los congelados terrenos de este inmenso sector. La vida es poco próspera: se divisan tan solo un par de casas hogareñas de gente que usualmente fue exiliada del reino. La vida es muy dura debido al clima extremo y los pocos recursos que abundan en ella.

A pesar de esto, la vista del nevado es todo un espectáculo, en las más despejadas noches se puede ver perfectamente cómo el planeta Edén se encuentra en la lejanía, decorado por las luces estelares creadas por los mismos dioses.